bruni's world: enero 2011

jueves, 13 de enero de 2011

Voces en el silencio.

Ella subió primero, él sacó los billetes, con paciencia, mirando el escote ineludible de la rubia sentada junto a la máquina. La chica se dio vuelta a consultar qué asientos elegir, y lo atrapó.
Con esa alegría maligna que provocan las pequeñas desgracias ajenas, los pasajeros mirábamos como la novia celosa increpaba al muchacho. Tardé unos segundos en darme cuenta de que lo llamativo no era la escena, sino la ausencia de sonidos.
La chica dibujó un recorrido con dos dedos entre sus ojos enrojecidos y sus propias tetas, señaló con prudencia en dirección a la rubia y realizó un gesto de asco sobre su flequillo. Rechazó los abrazos del "pecador", que no encontraba otro punto de defensa fuera de restarle importancia a las cosas, pestañeando y negando. Cuando intentó mover las manos para decir algo, lo calló regresándole las palmas a los costados.

Así, llegamos al puente y la lucha seguía. Ahora el chico -que, luego de bancarse todos los discursos indignados, había tomado la iniciativa- exageraba señas y muecas, mientras su interlocutora, impasible, le daba pequeños cachetazos y se tapaba la boca con la mano ante el mínimo intento de beso.
Para esa altura todos estábamos más a favor del chico, porque el sentido común dicta que media hora de castigo verbal era algo desproporcionado para cinco segundos de ojos puestos en unas tetas, más allá del debate esencial de si las tetas lo merecían o no.
Llegábamos a Valencia. Mi compañero de viaje me contó algo sobre una imprenta publicada que no alcancé a prestar atención para no perderme esta historia.
Sin avisar, el muchacho hizo retroceder el pie derecho, dibujó una fineta en el aire ante la nariz de su sorprendida amada, puso las dos manos en el corazón y se lo ofrendó con las manos juntas y abiertas.
Con mucha más furia que la que usaron para pelearse, se besaron. Los mirones nos miramos aliviados y sonrientes, pensando en silencio.
Ellos siguieron hablando durante todo el resto del viaje.




jueves, 6 de enero de 2011

Una Reflexión.

Voy a decirte algo que tú ya sabes, y es que el mundo no es todo alegría y color de "rosa", es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides.



Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte, y lo aguantes.
Mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar. Así es como se gana.


Si tú sabes lo que vales ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes, y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar a estar, ni por culpa de él, de ella, ni de nadie.


Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres, tú eres capaz de todo!



                                       (Rocky Balboa)




Esta es una reflexión de Rocky  sobre los golpes de la vida. Y una amiga está totalmente de acuerdo. Yo no sé si estoy del todo de acuerdo y vosotros que opináis?